¿Imaginación?

Te miro, me miras. Te sorprendo, sonríes. Me miras tímidamente esperando a que te responda y al hacerlo me encuentro con una sonrisa que deja entrever que este juego te encanta. Vienes en mi busca, te miro con indiferencia, pero adviertes que simplemente lo hago para hacerme el fuerte, el interesante. Paso a paso te acercas a mi y, lentamente, entre mi mente y mi corazón comienza una batalla en la cual está destinada la victoria de la razón .Consigues llegar, empieza a salir de tu boca, que invita al beso; una serie de palabras sin importancia pero que escucho con atención. La batalla continúa, mi corazón lucha por decirte ‘Te quiero’  pero por miedo, mi cabeza lo hace prisionero. ¿Y tú? Me dices ‘Te quiero’ sin miedo ¿Por qué? Cada gesto, cada mensaje, es subliminal. ¿Todo es producto de mi imaginación? Puede ser. Pero no puedo negar la existencia de una preocupación, una preocupación que me aborda al pensar que hay algo en esos gestos que me atrae pero ¿el qué? ¿El presentimiento de que únicamente a mí me regalas esas miradas y esas sonrisas?